Inteligencia Emocional de Daniel Goleman

 Inteligencia Emocional


“La clave para alcanzar un alto cociente intelectual colectivo es la armonía social”. 

Goleman (2004)

Fue en 1985 cuando apareció por primera vez el término “inteligencia emocional” gracias a la tesis doctoral de Wayne Payne, la cual, llevaba por título Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional. Solo 10 años después, un psicólogo y periodista norteamericano llamado Daniel Goleman inició algo que aún no se ha detenido y que nos ha hecho descubrir a todos, el gran poder que las emociones tienen sobre lo que somos, lo que hacemos y en cómo nos relacionamos.

Daniel Goleman empezó siendo periodista en The New York Times y ahora es el gurú de la Inteligencia emocional. Pasa ya de los 70, vive un otoño muy dulce en su vida y de él llama la atención su sonrisa serena y su mirada penetrante y firme. Es como si siempre fuera capaz de ver más allá de lo que el resto percibimos, un hombre al que no se le escapan los detalles y que halla conexiones donde los demás solo vemos coincidencias.

Cuenta siempre que su pasión por la psicología le vino por su madre, una trabajadora social especializada en psiquiatría que acumulaba libros sobre neurociencia, sobre la mente humana y las ciencias del comportamiento. Todos aquellos volúmenes decoraron su infancia y su día a día.

Se considera que fue Goleman (1995) quien primero conceptualizó la inteligencia emocional, que «es una meta-habilidad que determina el grado de destreza que podemos conseguir en el dominio de nuestras otras facultades, considerándola como el más importante de los factores que intervienen en el ajuste personal, en el éxito en las relaciones personales y en el rendimiento en el trabajo.

¿Qué es realmente la inteligencia emocional?

·        La inteligencia emocional empieza con la conciencia de uno mismo y también con la conciencia social. Es decir, cuando somos capaces de reconocer las emociones (y su impacto) en todo lo que nos rodea.

·   Asimismo supone entender que gran parte de nuestros comportamientos y decisiones se basan en emociones. El ser humano es una criatura emocional que un buen día aprendió a pensar y a razonar. Este puede parecer un aspecto algo polémico pero no está exento de verdad. Entenderlo, asumirlo nos permitirá tener un mayor control sobre nuestro comportamiento.

    Las Dimensiones que Conforman la Inteligencia Emocional según Daniel Goleman 

Daniel Goleman destaca cuatro elementos determinantes del desarrollo de la inteligencia emocional: el autocontrol, la motivación, la empatía y la habilidad social. Las dos primeras dimensiones dependen fuertemente de la propia persona, correspondiéndose con el propio yo: ser consciente de uno mismo, saber controlar en cierto modo los propios estados de ánimo y motivarse a sí mismo. En contraposición, las otras dos dimensiones (empatía y habilidad social) hacen referencia a la relación con las otras personas, configurando ambas la competencia social.

1. Autoconciencia emocional

Hace referencia a nuestra capacidad para entender lo que sentimos y de estar siempre conectados a nuestros valores, a nuestra esencia. Algo así supone tener una especie de brújula personal bien calibrada que nos permitirá guiarnos en todo momento por el camino más acertado. Siempre que tengamos en cuenta esas realidades internas, ese mundo emocional, sabremos y actuar en consecuencia.

2. Auto-motivación

La auto-motivación destaca la habilidad por orientarnos hacia nuestras metas. De recuperarnos de los contratiempos y focalizar todos nuestros recursos personales en una meta, en un objetivo. Si aunamos optimismo, constancia, creatividad y confianza sobrellevaremos cualquier dificultad para seguir conquistando triunfos y logros.

3. Empatía

En nuestra forma de relacionarnos e interaccionar hay un aspecto que va más allá de las palabras. Hablamos de la realidad emocional de cada uno. Esa que se expresa con gestos, con un tono de voz particular, con determinadas posturas, miradas, expresiones… Descifrar todo ese lenguaje, ponernos en el lugar del otro y descubrir aquello por lo que está pasando es la empatía.

Esa capacidad nos permite no solo obtener información sobre aquellos que tenemos en frente. Sino que además, nos ayuda a establecer vínculos más fuertes, lazos sociales y afectivos más profundos. 

Además, reconocer las emociones y los sentimientos de los demás es el primer paso para comprender e identificarnos con las personas que los expresan. Las personas empáticas son las que, en general, tienen mayores habilidades y competencias relacionadas con la IE.

4. Habilidades sociales

Y tú ¿cómo te relacionas con los demás? ¿Te comunicas con efectividad y de modo asertivo? ¿Sabes manejar los conflictos o las diferencias? Todas esas dinámicas comportamentales potencian o limitan nuestra capacidad para disfrutar o no de nuestras relaciones. De construir entornos laborales sanos, cómodos y productivos. De dar forma a relaciones de pareja, familiares o de amistad más satisfactorias.


 La Inteligencia Emocional Se Aprende Y Se Puede Potenciar

Tanto en su libro Inteligencia emocional (1995) como en Inteligencia social (2006) su autor nos explica que parte de esta habilidad, de esta capacidad, se halla en nuestra propia epigenética. Es decir, se puede activar y desactivar, dependiendo del entorno emocional y social en el que crezcamos, en el que nos eduquen.

Sin embargo, y aquí reside la auténtica magia, la inteligencia emocional responde a esa plasticidad cerebral donde cualquier estímulo, práctica continuada y aprendizaje sistemático crea cambios, construye conexiones y nuevas áreas donde ser mucho más competentes en cada una de las 4 áreas antes señaladas.


Anexo este video ya que considero esta inteligenicia como una de las mas importantes y que muchas de las personas en la actualidad es la que mas ponemos en practica 





























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Comentarios

  1. Muy buena información sin duda alguna, la inteligencia emocional es mi favorita me gusto mucho cómo lo explicaste

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